Todo accionista, sea originario o por haber adquirido tal estatus en el devenir del tiempo,al ser titular de acciones en una sociedad anónima, asume una serie de obligaciones con la sociedad (principalmente, realizar los aportes de capital a los que se hubiere comprometido o prestaciones adicionales) y, a cambio, se convierte en titular de una serie de derechos que, según su contenido, pueden ser derechos económicos o patrimoniales, administrativos o políticos.
Dentro de los derechos políticos encontramos el derecho de voto a través del cual el accionista toma parte en las decisiones de la sociedad, sea en el desarrollo de su objeto social, así como en la modificación de la propia organización de la misma; por ejemplo,en casos de aumento de capital, reorganizaciones societarias, giros o ampliación de negocios, o modificación de estatuto social.
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